
Estas son las conclusiones de Tino tras su nuevo viaje a Bélgica, el cual, esperemos no sea el último.
^Cómo van los craks!
Cantabria - 10/11/2008
Si tuviera que sacar una conclusión de este fin de semana, sería la siguiente: al final, el esfuerzo se ha visto recompensado con los puntos UCI que conseguí el domingo. Unos puntos que me vendrán muy bien de cara a las grandes citas del próximo mes, que serán Igorre y Asteasu. Por lo demás, un poco de bajón anímico, porque estaba muy motivado y creía que podía estar más cerca de los buenos.
Ha quedado bien claro que están unos peldaños por encima, y como de sabios es reconocer los errores, diré que me fallaron los pronósticos que me había hecho. Pero, bueno, seguiremos trabajando y a ver si tenemos un buen día en las próximas citas con los craks. Porque aparte de andar mucho, para estar adelante tienes que tener el día redondo.
El sábado, por ejemplo, tuve el día tonto, porque el viernes se complicó el viaje y llegamos bastante tarde al hotel, después de 12 horas de furgoneta. Y, la verdad, pasé de hacer rodillo, lo que me hubiera venido muy bien para soltar un poco los músculos acartonados de tantas horas al volante. Y claro, el sábado se notó, porque de salida estaba bastante torpe. Si a eso le sumamos un tapón monumental, estamos hablando de que nos tocó perseguir desde la primera vuelta. Al final hice el 21 en un circuito que tenía varias rectas que me venían al pelo, pero también una parte muy complicada para mí, que me hacia mucho daño.
El domingo, ya en Holanda, teníamos la primera gran cita del invierno, la cual me dejó un poco tocado anímicamente, como os he contado al principio. Tenía un circuito bastante bueno para mi, con rectas con barro que obligaba a tirar de potencia, aunque también de maestría porque resbalaba mucho, lo cual me hacía presagiar una buena tarde. Me esforcé en hacer un buen calentamiento, lo que se agradecía porque hacia un frío que no animaba a estar mucho tiempo parado.Me fui para la salida con la bici equipada con unos tubulares con mucho taco, lo que en alguna zona me lastraba pero en otras me venía muy bien. Cuando empezaron a nombrar a los craks me fueron subiendo las pulsaciones. Nombres y más nombres. Óscar Vázquez y yo nos mirábamos como diciéndonos: ¿cuándo nos llamarán a nosotros? Y cuando ya habían nombrado a 50 corredores, me pareció escuchar algo parecido a Zaballa.
Me coloqué en la parrilla. Ya estábamos en plan. Se dio la salida y… a mil hasta que en el primer barrizal se produjo una caída y me tocó echar una carrera a pie. ¡Empezábamos bien! De repente me quedé casi el último. A partir de ese momento empecé a remontar hasta que a mitad de carrera me encontré rodando en las plazas 30/35 y dándolo todo. En ese momento me di cuenta de que podía ir un poco más adelante, así que decidí dar unas vueltas en esas posiciones y apretar en las dos últimas para intentar mejorar algún puesto...
Al final me clasifiqué trigésimo, a 5 minutos. Casi no me lo creía, ¡con las diferencias que había habido! Por ejemplo, para que os hagáis una idea: aunque tuve la mala suerte de salida, luego sólo sufrí una caída tonta y aún así estuve súper lejos de ellos. Y por poner otro ejemplo: a Óscar Vázquez, que todos sabemos lo bien que anda, le ‘metí’ casi 4 minutos, y eso que dio una vuelta menos porque lo doblaron. ¡Van como motos los craks!
Esta semana nos daremos un pequeño descanso y pensaremos que en Igorre y Asteasu lo podemos hacerlo un poco mejor.
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